POEMA: AQUÍ ESTOY

AQUI ESTOY
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Aquí me tienes
rodando por tus calles
llenas de guijarros cargados de tu historia;
a ver si te arribo y soy tu deseo
de una vez por todas.

Camino por ellas
mientras me desvisto de manías, de conjeturas
además de la mayor distancia.


Yo nunca lo tuve todo claro
hasta besarte.

Me llego para saber si me aceptas,
sé que seguramente tendré que reptar;
no sabes lo lejos, lo arduo
ver esas partes de piedras
y que tantas veces y de cerca te han tenido
más que yo

si es preciso, aprenderé de lo visto
rozando mis yemas
para nuestra negociación y pacto.


Por favor, no te des a la negación en el encuentro
sabes bien quién soy y si no mira mis zapatos,
soy el lleno de vos.


Dale importancia a mi arrimo
una oportunidad porque ya vengo;
no me digas que todo este camino andado
hacia ti
no son más que huellas de humo.


Sería morir en retro
salpicar de dolor el rastro;
ahora que las esquinas reconocen mis pasos
como de esa piel que he dejado de mis manos;
además, todo grafiti sabe de mi intención
y cada gato tu nombre.


Incertidumbre que me hace beber
para envalentonarme,
y que también dicen para hacerse más hombre;
mas noto que no, que así no voy bien
me lo dicen piedras puntiagudas
directas a mis suelas gastadas.


Sigo andando, los muros dicen que pasaste hace mucho;
flaquean las piernas y pilares son con ganas de derrumbe,
pero no
yo estoy tras la tinta de mi promesa.


Soy quien trae ese poema que hará arder esas arenas y piedras
que las convertirá en cristal si no asfalto;
donde te dará que pensar por el futuro, si deseas
y jamás hilará por lo nostálgico.


Fíjate!:
por encima de las malas hierbas llega este amante solícito,
para allanarte el mundo por donde discurres
y a procurar un futuro sin penas

si te paras por un instante escucharás el eco, seguro!
alza el mentón, ve girando en derredor tu faz,
pon las manos en el suelo, me sentirás!
yendo por esta guía urbana, por tu infancia, por tu memoria
incluso tras el espectro con que dominas el lugar
y con el cual atraviesas el aire...


No cejo, yo detrás;
se me terminan las calles
mas no yo,
que no dejo de amarte.



He llegado a una plaza
hay un solo árbol y me quedo junto a él;

allá, sentado a su sombra, me digo:

"Si prendieran un fuego ahora, justo aquí a mi lado,
estoy completamente seguro de que éste, celoso
me robaría los grados de este calor que comporto,
propio, mío
y que siento por vos"